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lunes, 19 de julio de 2010

Sigo soltera ¿y?...

Atrás quedaron los años de infancia, si, aquellos en los que nos regalaban muñecas para jugar a la mamá, o tal vez una cocina con todos los accesorios, para ir “practicando”; unos años en los que veíamos a las chicas más grandes hablar de los novios o de los chicos que les gustaban, todo aquello un complot (de la vida, tal vez!!!) para prepararnos a lo que supuestamente es lo “normal”.
Pasaron los años de conocer chicos, salir y disfrutar sin preocuparse por nada, ¿quién iba a pensar en el matrimonio? No, para nada!!! Era el momento para estudiar, ó ¿alguna pensaba en eso? Puede que si, vi a más de una apurarse, dicen que, mejor pájaro en mano que cien volando.
Luego, pasaron los años, llegaron los treinta y las amigas: unas casadas, otras divorciadas, en pareja, hasta las madres solteras y … yo, con aquella marca sobre la frente que claramente todos pueden leer “SOLTERA”, como si eso significara una enfermedad terrible. Todos se preocupan por encontrar la cura, otros por saber la causa. No significa que odie el matrimonio, tampoco que no piense en casarme jamás, es sólo que no he encontrado a la persona ideal para mi, un complemento, aquella que haga clic, pero que después siga sonando aunque pase el tiempo y juntos construyamos nuestra melodía.
De aquellos que quieren encontrar la “cura a mi enfermedad” hay una gran variedad:
Primero están las señoras de la iglesia que me anotan en sus listas de oraciones (y se los agradezco) pero que creen que Dios sólo tiene una respuesta: el matrimonio.
Siguen los oftalmólogos, que ven a cualquier espécimen y creen que ya, está listo… ¿qué tienen en la cabeza? las cosas no funcionan así.
Luego están los cibernéticos, aquellos que me cuentan la historia de la prima de la amiga de su vecina que conoció por internet al hombre “perfecto”, joven, guapo, inteligente, preparado, con independencia económica y todas las maravillas que puedas desear y aunque vive al otro lado del mundo, la buscó, se casaron y fueron felices para siempre, pero, en realidad no la conocen ni saben si es verdad.
También están los viejos rabo verde, que creen que soy un ser desamparado y que ellos pueden hacerme el “favor”.
Y ¿qué decir de las científicas? Ya han investigado “todo”, en realidad no importa que me quede soltera, la solución es tener un hijo, si, para no estar sola, entonces sacan su lista de inseminación artificial(1) , adopción(2) y en último caso contratar a “alguien” que me ayude y no reclame la paternidad. Pero no piensan en el niño, que en una actitud egoísta se le quitaría el derecho de tener un padre, una familia.
De los que se preocupan por conocer la causa, están, los que piensan que soy linda y no entienden la razón por la cual no me he casado, pero junto a ellos siempre hay uno que dice que estoy gorda, que tengo que bajar de peso para que me quieran; también están los que creen que soy muy exigente, no me lo dicen pero lo comentan a mis espaldas, piensan que al llegar a los veinte tenía que agarrar cualquier “cosa”, no importa si ahora estuviera divorciada o con un matrimonio hecho pedazos, lo importante era salir de la soltería.
De todo esto, yo me pregunto, ¿quién está “enfermo”? ¿ellos o yo? Tal vez en su caso las cosas funcionaron de ese modo, la mayoría tiene buenas intenciones con sus sugerencias, pero convierten la vida en una búsqueda constante de alguien que firme y vaya al altar para que sea aceptable, ¿acaso la vida sólo sirve de ese modo?
Para todas aquellas que como yo están solteras y han pasado los treinta (yo tengo 35 y no me siento mal por ello) quiero decirles y decirme a mi misma que la vida es un regalo de Dios para disfrutar, para hacer las cosas que nos gustan y que hay que aprovechar cada momento. Si llega ese compañero, debe ser aquel que “nos valore tal como somos”, como lo dijo Mark Darcil (Colin Firth) en la película El Diario de Bridget Jones(3) basada en la novela de Helen Fielding. Y si no llega, podemos seguir viviendo, trabajando, viajando y cumpliendo todos los sueños que nos hemos planteado, sin dejar que nadie nos baje la autoestima ni permitir que se nos vayan los años sentadas llorando por lo que no pudo ser.
Por último, a todos los casados, divorciados, de novios, con pareja, en fin, a todos aquellos “preocupados” por las solteras, quiero decirles que vivan sus vidas y que si realmente se preocupan por nosotras, se pongan en nuestro lugar antes de hablar, respeten nuestro estado civil y sean felices.
(1)http://www.lainseminacionartificial.com/
(2)http://es.wikipedia.org/wiki/Adopci%C3%B3n
(3)http://es.wikipedia.org/wiki/El_diario_de_Bridget_Jones